Nuestra Historia
Me llamo Maria Soledad Sautoho Napa, aunque se me conoce como Sol. Llegué a España con 19 años desde Guinea Ecuatorial junto a dos hermanos más pequeños y fuimos acogidos por nuestro tío. La mayor parte de mi vida hasta la fecha la he pasado en Málaga, ciudad en la que me ha ocurrido todo lo bueno que he logrado a lo largo del camino: ser madre de tres hijos, la formación como Técnico Especialista en Laboratorio y Diplomatura Universitaria en Enfermería. «Durante todos estos años, no he dejado de mirar atrás, no he podido olvidar de dónde vine y la deuda moral que siento desde entonces».
Mi vida profesional comienza como técnico especialista en enero de 1988. Algunos años más tarde, en julio de 1991, comienza mi actividad como enfermera en el Hospital General Universitario Carlos de Haya tras finalizar mi carrera universitaria.
Tras años de intenso trabajo y de acontecimientos personales, en junio del 2008 sufrí un infarto de miocardio, del cual me recuperé de manera exitosa. Una vez recibida el alta, se me presentó la oportunidad de ejercer como supervisora de dos servicios de mi Hospital.
Posteriormente, a raíz de mi experiencia como supervisora, la Fundación para el desarrollo de la Enfermería (FUDEN) me brindó la oportunidad en el año 2010 de trabajar como cooperante en un proyecto en Guinea Ecuatorial. «A pesar de haber realizado varios viajes anteriormente, ir como cooperante a mi país supuso un revulsivo para mí y ese hecho creó un antes y un después en mi vida».
Tras finalizar esta experiencia profesional, FUDEN y la ONG Ayuda en Acción en un proyecto de colaboración (convenio salud) contaron conmigo, en la coordinación técnica de otro proyecto. Permanecí con ambas ONGs hasta febrero de 2013, momento en el que solicité una excedencia voluntaria por motivos personales en el Hospital, para seguir trabajando en Guinea Ecuatorial. Continué mi estancia 3 años más, hasta el mes de diciembre de 2015.
Durante ese periodo trabajé como: Coordinadora de Enfermería en la Clínica Esperanza de Malabo, Coordinadora General de Promoción de la Donación Sanguínea en Guinea Ecuatorial y también como responsable de RRHH en el Centro de Transfusión Sanguínea de Malabo y Bata.
Entre todas las labores, contribuí a la formación del personal de enfermería en el manejo de los registros y en la calidad en los cuidados a los pacientes, llevé a cabo la formación semanal de pacientes diabéticos sobre el manejo de su patología. A raíz de esa experiencia participé en el año 2014 en los Premios Enfermería en Desarrollo en la modalidad de Calidad Percibida. «La experiencia fue positiva y gratificante».

«En los cinco años que duró mi experiencia en Guinea, descubrí que era útil, me di cuenta de que se pueden hacer muchos gestos para ayudar a la gente, que el cambio está en nosotros mismos».
La idea de formar una ONG fue cogiendo forma en mi cabeza, el primer paso fue conseguir que el gobierno de Guinea Ecuatorial financiase el traslado de una paciente de 38 años con múltiples escaras de grado IV a España, la cual fue atendida en un Centro Sanitario en D. Benito (Extremadura).
Pocos años más tarde, gestioné como representante solidaria el traslado de una niña de 2 años con un labio leporino que fue intervenida en el Parque San Antonio de Málaga, también con financiación pública del gobierno de Guinea Ecuatorial.

Al regresar a España e incorporarme a mi puesto de trabajo como enfermera, no había disminuido ni un ápice la necesidad que sentía de poder seguir haciendo algo por los demás.
En el año 2017 llevé a cabo la gestión del traslado e intervención de un bebé de un año, que fue intervenido de una obstrucción en una válvula del estómago, en el Parque San Antonio de Málaga. Financiación llevada a cabo íntegramente por la familia del niño.
En el año 2018 gestioné el traslado de una Sra. de 62 años con un diagnóstico de insuficiencia cardiaca bilateral. Fue atendida en la Clínica HAL el Ángel de Málaga, y en el Hospital General donde permaneció más de un mes. Durante los seis meses que duró su estancia en España estuvo a mi cuidado, de forma desinteresada. He de reconocer que todos esos gestos me han supuesto una gran dedicación y un desgaste en algunos casos.
A raíz de esa última experiencia me di cuenta de que es más fácil ayudar con el apoyo de otras personas. Motivo por el cual tomé la difícil decisión de fundar por fin UNAMIA (una mirada atrás) gracias al apoyo de profesionales sanitarios y amigos que conocen tanto mi trayectoria profesional como personal. Les estoy muy agradecida por haberme ayudado a llevar a cabo este sueño.
«Quiero hacer un reconocimiento a mis hijos con los que he contado siempre y a los que estoy enormemente agradecida. En ocasiones les parecía que llevaba a cabo una locura pero aun así, me han seguido apoyando hasta la fecha».